Aquel lunes empezaba con la misma mierda de todos los lunes, y en la radio había cinco estúpidos que hablaban de lo que habían dicho otros cinco estúpidos que hablaban para que al día siguiente otros cinco estúpidos hablaran de lo que estos estúpidos habían dicho. Insoportable.
Así que decidí poner la única cosa en el mundo que me relaja, que es como decir que me impide pensar.